Cuando respiramos correctamente, el aire baja por la traquea a la parte central del pecho, recorriendo el camino de pequeños ductos que se van dividiendo hasta hacerse miles de ellos llamados bronquios y cada uno de estos bronquios termina en pequeñas bolsitas llamadas alveolos. Cuando nuestros pulmones están sanos contienen cientos de millones de alveolos. El oxígeno que ha logrado llegar hasta los alveolos pasa a las células rojas de la sangre. El corazón bombea la sangre y eso lo que nos permite llevar a cabo prácticamente todas nuestras actividades, inlcuso pensar, ya que el cerebro es el órgano que mas oxígeno necesita y si no tiene lo suficiente repercute en el estado de ánimo, en nuestra concentración, podemos sentir pereza e incluso desarrollar depresión con mayor facilidad ante los factores desencadenantes.
Cuando respiramos deprisa o de manera poco profunda no tomamos suficiente oxígeno, ni eliminamos el suficiente dióxido de carbono. No le damos a nuestro cuerpo lo que necesita para funcionar correctamente, ni eliminamos lo que le hace daño. Este comportamiento es tan sutil que pocas veces nos damos cuenta de que estamos respirando "mal", además, son muchos los factores que contribuyen; el estrés, la prisa, la mala postura, etc., factores tan comunes que es dificil sacarlos de nuestra rutina.
Debemos respirar profundo
Para revitalizar nuestro cuerpo, órganos, células y tejidos, producir energía y mejora la concentración, a la vez que eliminamos toxinas y fortalecemos el sistema inmunólogico. Estudios comprueban que respirar bien mejora la función intestinal, reduce el estrés, la tensión y la ansiedad al inducir una sensación de calma y relajación. Por otra parte, no respirar correctamente puede causar problemas en los sistemas inmunológico, circulatorio, endocrino y nervioso. También puede causar mareos, visión borrosa, ansiedad, dolor en el pecho, problemas digestivos y dolores musculares, entre otros.
¿Como se respira correctamente?
Es sumamente sencillo basta con que te asegures de que al inhalar envías el aire hasta el abdomen. Fíjate que cuando respiras normalmente lo que se infla es tu pecho y no tu abdomen, pues lo que debemos hacer es lo contrario, inflar el abdomen. Al principio no lo harás de forma cotidiana pero comienza por prácticarlo 3 veces al día durante 5 minutos. Acuéstate y con la mano en el abdómen inhala hasta que tu mano suba, aguanta durante 4 y luego suelta lentamente. Después practícalo en los momentos que te sientas estresado; cuando estás en el tráfico por ejemplo o cuando te sientas nervioso como antes de una reunión de trabajo. La prueba de fuego es hacerlo al comienzo de un dolor de cabeza. Tómate diez minutos para hacer respiraciones profundas, bebe agua en ese rato y notarás que se calma.
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